Mostrando las entradas con la etiqueta rokck. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta rokck. Mostrar todas las entradas

 Es casi seguro que te dirán de todo para hacerte caer, tu responsabilidad únicamente es esforzarte por lo que amas; eso, a veces, a pesar de que los demás no opinen igual que tú.

Hace tiempo que no envío actualizaciones de cuentas, principalmente porque me habían estado quedando mal con algunos pagos; por lo que me vi, más profundamente sumergido en un rato de complicaciones. No he de decir que estoy feliz y de vuelta; muy por el contrario, estoy poco más lejos de recuperarme, pero ni hablar.

Buscaré un trabajo más, uno que me permita resurgir de mis pendientes. Pero no solo se trata de encontrar trabajo, es importante tener la capacidad de desempeñarlo. En el actual, estoy aprendiendo bastante. Hago cosas que antes no sabía y eso está bien, llega un punto en el que se vuelve divertido.

Aunado a lo mencionado en el anterior párrafo, vuelvo a clavarme en el aprendizaje, a ver qué puedo conseguir. No únicamente con propósito de aprender, sino de aplicar ese conocimiento en los demás proyectos que se presenten.

Hace unos días, tenía que actualizar unas queries manualmente (como cincuenta); encontré patrones y realicé las modificaciones automáticamente. Mi jefe no dijo nada, solo se sacó de onda de que el trabajo que me asignó para un par de días había quedado en a penas un rato.

Eso soy, eso me gusta, automatizar procesos. Programar para que las cosas se hagan por sí solas. Por ejemplo, en un scraping que realizaba solía tardarme días en descargar decenas de gigas de diversas fuentes; actualmente la descarga, la organización, la homogeneización, la limpieza de meta, la depuración, la compresión, el encriptado y el posting de data suceden gracias a un pequeño programa de administración que implementé. El trabajo de una semana lo realiza el microprocesador, quizá, en unas cinco horas. Aunque claro, me quedo sin esa máquina y la red se usa para eso.

En fin, ya no sé de qué estoy hablando; probablemente es porque estoy feliz de que el resultado de mi entorno de pruebas haya sido optimista conmigo. Eso y sentir que pude programar algo que necesitaba por cuenta propia; una de cal por las que van de arena.

Me ha ido mal, me ha ido terrible. Pero qué más da. Llevo como un mes que a penas hablo con la gente a través de redes, por eso quería venir a dejar esto por acá. A decir que a pesar de lo difícil que se ve todo, aquí ando.



Aquí ando

Por
 Es casi seguro que te dirán de todo para hacerte caer, tu responsabilidad únicamente es esforzarte por lo que amas; eso, a veces, a pesar d...

 Ha pasado un mes entero desde la última vez que publiqué algo por acá. Les diré qué, no estoy taaan ocupado, simplemente estoy distraído. Me disculpo. Mi vida no es lo que quisiera en este momento, pero hey, al menos las risas no faltan.

¿Qué puedo contarles que no sepan ya de mí? Oh, sí, recién estuvo mi hermana conmigo en Guadalajara; lamentablemente lo que iba a ser una semana de "cotorreo" resultó siendo una semana de asistir a una oficina sola, pegado a una pantalla, con cubrebocas, alejado de todo.

"Pero al menos tengo trabajo", es lo que me repetía continuamente en la cabeza; sabemos todos que mis ingresos actuales no me dan para saldar pendientes, pero ni hablar. Hay que aguantar.

He estado trabajando un poco en un experimento social; no sé qué tan buenos resultados obtenga, pero todo es parte de los "experimentos" que a cada rato se me ocurren y a veces nada más dejan como resultado beneficios de conocimiento, solo eso.

Quisiera recibir dinero de esas cosas. Pero por ahora sigue sin ser posible. De chiquillo una de las cosas que me llamaba la atención era ser investigador privado, mucho "suspense" en quel haber, supongo.

Si notan que cada fracción de este texto está más corta que de costumbre, ténganme un poco de paciencia, he estado distante de la literatura y bastante afligido por situaciones económicas. Tanto, que sigo experimentando el encierro incómodo; que en una de esas me serviría como experiencia si me mandan a la cárcel.

¿Pero el encierro es malo? Para nada, si se disfruta con comodidad es un viaje maravilloso de autoconocimiento y saber, navegando en las circunstancias correctas es, de hecho, mucho más liberador y placentero que la oportunidad de estar todo el tiempo afuera experimentando el exterior.

Tengo que contarles que, el asunto de las clases, bueno, creo que hasta aquí llegué. No podré continuar con mis alumnos en el siguiente ciclo debido a que vuelven a ser presenciales. Esos chiquillos y lo vivido en la escuela se quedarán permanentemente en mi corazón hasta el último de mis días. De hecho, les he pedido un feedback de cómo se han sentido conmigo, y me alegra en demasía saber que tienen una muy buena impresión de mí como su profesor.

No me juzguen por estar alegre por la opinión de los niños mencionada en el párrafo anterior, simplemente es un goce que jamás imaginé vivir. En fin, me retiro por ahora, quedan muchas cosas por hacer el día de hoy y estaba atorado viendo cómo un "upload" avanzaba en porcentaje; por eso decidí venir aquí a platicarles un poco de lo que va mi vida, not many changes until now, but still walking. I love you all.



Love You All

Por
 Ha pasado un mes entero desde la última vez que publiqué algo por acá. Les diré qué, no estoy taaan ocupado, simplemente estoy distraído. M...

  Hace un rato que no pasaba por acá. Qué les puedo decir, no han sido mis mejores días, algunas decisiones erróneamente tomadas me tienen preocupado. Estuve tentado cuando peor me sentí a venir a tirar bilis, al final decidí esperarme.

Entre las cosas dignas de celebración para contar, ayer a penas me dieron la bienvenida a un nuevo proyecto con el cliente; eso es una señal agradable, entre todo este espeso de incertidumbre que me rodea.

Ya no tengo un centavo, y está bien, hay situaciones que me aterran más que la pobreza extrema; además nací siendo pobre y en un círculo en el que desde el inicio las limitaciones se notaron, para festejar es que haya podido estudiar una carrera, encontrar un trabajo y sentir que otras personas confían en mí. De ahí en fuera, lo que no tenga que ver con vestir, un lugar para dormir y alimento, es gane.

Las anteriores mañanas no me había sentido incómodo como hoy al despertar, y es que, por algún motivo mi cerebro pensó que ya estaba por terminarse octubre, con un año a punto de acabar y sin haber podido avanzar en nada con mis pendientes. Me asusté, me asustó el hecho de estar en un momento distinto de mi historia en el que no fui capaz de hacer absolutamente nada.

¿Ha aprendido algo? Dicen, "oficialmente" el manager y los compañeros en el proyecto actual, que soy desarrollador Datastage; y está bien, eso en papel al menos se lee cool. Pero hay que demostrar funcionalidad. Asimismo supuestamente me manejo bien en Docker y Kubernetes, pero hasta que mis productos de software generen beneficios desde ese contexto, soy únicamente un evangelista de dichas tecnologías.

Para ser sincero con ustedes, estoy desganado, me veo al espejo como alguien débil que está poco a poco perdiendo las esperanzas de salir adelante, analizando cómo mis sueños se esfuman lentamente mientras con un dedo me aferro a la idea de conseguirlo ante el abismo del fondo que representa la miseria.

¿Y eso me hace sentir mal? No, eso no me hace sentir mal ni bien, simplemente estoy ahí, siendo el vaho que se esparce a la distancia hasta desaparecer. Sin saber bien en este momento si seré o no capaz de dar un paso siquiera con esta sobredimensionada carga, existo, y puede que eso resulte tarde o temprano en algo útil para alguien.



Incertidumbre

Por
  Hace un rato que no pasaba por acá. Qué les puedo decir, no han sido mis mejores días, algunas decisiones erróneamente tomadas me tienen p...

 Cuando te sientes bien, la vida anda por sí sola, el tiempo te alcanza para realizar todos tus pendientes, en lugar de estarte quejando, avanzas, en fin, un montón de beneficios. Por eso es que no había publicado nada hace como un mes, pues estaba pasando por días tremendamente estresantes, con un montón de cursos encimados, con problemas para realizar algunos otros más, broncas de conectividad en general, complicaciones para quedarme dormido, o madrugadas excesivas, bueno, una seguidilla de penurias que de solo leer sentirían que ando de bajón. Pues no tanto que anduviera de esa manera, es que así me sentía con tantas presiones.

La sola bendición de haber dormido bien anoche, énfasis en el "anoche", ha ayudado a que mi mente amanezca más relajada el día de hoy, me siento motivado y capaz de aprender y entender los temas que tengo por estudiar, me siento alerta y funcional.

Cuánto quisiera que todos los días de mi vida tuviera un estado mental como el actual, tendría completa apreciación del entorno, disfrutaría más cada instante y sentiría que nada puede hacerme sentir mal; aunque sea un engaño parcial, estoy agradecido por la manera en la que me desenvuelvo en este momento, por eso quería compartirlo, para que quede claro que no los he abandonado, ni a mí mismo, solo que había estado manejándome en una frecuencia mental (por llamarlo de una manera absurda) bastante lenta y restringida.

Quiero que sepan que he estudiado mucho, de hecho, he estado enfocado en aprender cosas que no únicamente ayuden a mejorar mi CV, sino que me hagan sentir más completo como profesionista; he de admitir que no ha sido nada fácil, he pasado días enteros encerrado aprendiendo, pero creo con todo el corazón que lo que sea que venga tiene bien merecida esa impresión extra de esfuerzo.

Entre mis planes está el dejar de sentirme incompetente cuando se me presente un problema, obviamente he estado trabajando mucho también en dejar atrás aquello que no me hace bien. Tema aparte, sin duda cuesta trabajo mejorar, pero anhelo cada segundo hacerlo.

En fin, ha sido una mañana fructífera y espero que el día continue así. Solo me queda desearles un excelente día que tengo que seguir estudiando. Ahorita estoy metido en cursos laterales del trabajo, que son parte de los obligatorios; honestamente pueden ser aburridos, pero hay que hacerlos y ni modo. ;)



 Como algunos de ustedes podrían saber, hace ya más de un año fui despedido de mi anterior empleo; y a pocos días de eso me enfermé y terminé en Colima el 10 de marzo, al día siguiente, fue oficializada la declaración de Pandemia del virus que ha causado un número considerable de víctimas letales, entre cuyos casos, debo reconocer que cuento a un par de conocidos.

Bien, pues posterior a mi desempleo y la explosión de este evento global, me fue una cosa trágica poder conseguir una fuente de ingresos; estuve más de la mitad del año sufriendo por eso, hasta que, a principios de noviembre, recibí la llamada de una amiga de la familia en la que me preguntaban si estaría disponible para dar un par de clases a la semana en una escuela secundaria; yo feliz, muy feliz, pues en mi situación cualquier centavo que llegara era algo en comparación a seguir produciendo "ceros".

He estado ahí desde entonces, conocí a niños maravillosos y divertidísimos, terminé por hacer buenas relaciones y al parecer les agradaron mis formas distintas de dar clases; pues me vi a mí mismo como estudiante reflejado en ellos, y consideré aquello que me fastidiaba de la escuela antes de asignarles parámetros para calificar, les dije que a mí no me gustaban los exámenes, siempre me iba bien, pero notaba la frustración en muchos de mis compañeros, así que no les haré exámenes. Después les comenté que yo era muy malo para hacer tareas, o mejor dicho, nunca las hacía, así que les propuse no dejarles tareas. Finalmente les comenté que mi intención era que aprendieran y al mismo tiempo la pasaran bien; por lo que atravesamos los temas que venían en la agenda de la materia en unos tres meses para pasar a realizar cosas más importantes (como maquetación y programación), obvio, tratando de sacar los temas durante cada clase.

Al principio todo bien hasta que empezaron a cruzarse proyectos transversales que habían de realizarse en conjunto con otras materias y métodos de evaluación; lo respeté y hablé con ellos, había que hacerlos pues ya estaban ahí. Me da mucho gusto saber que me he ganado la estima de algunos de ellos, con el paso del ciclo tengo que admitir que ciertas personalidades son entrañables y me alegrará saber que logren grandes cosas en el futuro. Pero al día de hoy me enteré de algo triste...

La misma situación que me dio ese trabajo es probable que me lo quite, pues al momento actual se han conseguido concretar muy pocas inscripciones y reinscripciones, por lo que el próximo periodo escolar en ese instituto, pende de un hilo. Como les he contado también, al iniciar el año actual pude decir con satisfacción y gusto que me había vuelto a enrolar en una empresa de Tecnologías, así que estaba muy contento de hacer algo relacionado con mi carrera, pues incluso teniendo las clases, mi sueldo era minúsculo en comparación con mi necesidad de ingresos. En fin, hoy la escuela que me abrió las puertas en mi momento más difícil está en una situación en la que probablemente cierre, y eso me causa mucha tristeza.

Ojalá que mis alumnos se animen a seguir ahí, aunque entiendo que es complicado porque a algunos el nuevo modelo les parece muy engorroso y de otros sus papás muestran cansancio por cómo funciona; también me gustaría que se alcance la cuota de inscripciones necesaria para que el colegio permanezca, pero eso no está de mí decidirlo. El horizonte no se ve propicio, ya después les contaré si terminaron cerrando o manteniendo la escuela, incluso si yo tengo que retirarme de ahí por temas de presupuesto, me dará gusto saber que siga en pie.



 Demasiado tiempo, demasiado poco.

Ha pasado más de un mes que me conecté, me propuse cambios, fallé de nuevo, me enamoré y desenamoré, viajé y soñé, aunque también olvidé y perdoné.

Ha pasado tanto, en tan poco tiempo, y en términos reales, eso ha sido casi nada, a penas un parpadeo, a penas un abrir y cerrar de ojos de otro capítulo en mi historia. Probablemente digna de ser contada, o aburridísima y sin sentido. ¡Qué sé yo!

Únicamente vengo aquí a descargar mi mente de vez en cuando. Ya no tolero las desveladas, mi rostro envejece, mi cuerpo está cercano a pasarme factura.

La enfermedad afuera ha matado a parientes, a amigos y conocidos... Sigo dando clases, estoy aprendiendo otras tecnologías, me concentro un segundo en ser mejor persona, me distraigo una hora de serlo. ¿Ironías? O puede ser que no tenga la capacidad de lograr nada, que toda esta apatía me vaya a terminar consumiendo convirtiéndome en un ermitaño amargado.

Al final, todo es una historia. Se va a contar letra a letra, a pesar de que haya ojos que no merezcan conocerla. Nunca. Siempre. Adiós. Vuelvo pronto... Espero.



Hola amigos. He vuelto, es tiempo de aprender lo que se pueda, es hora de ponerme a disposición de la enseñanza y despertar e ir a dormir cada día como si fuera otra vez el último. Dejar atrás los males que me agobiaban es el siguiente paso a la libertad; un año a cuestas se dice fácil, pero no lo es.

Es momento de acrecentar el tamaño del análisis, enfocarme en lograr surcar los posibles errores y aprovechar los recursos para bien. Para el crecimiento y la proyección del plan, para la estructuración completa del negocio desde todos los ángulos, para escalar hacia el éxito, un paso a la vez.

Estos descalabros monumentales hacen mella en mi esperanza, sinceramente me hacen dudar y temer; de algún lugar he de conseguir las fuerzas o el cielo mismo me las regala para continuar levantándome y a pesar de todo abonar un paso extra.

Volver a la cobertura de la industria de las tecnologías me da ánimos; varias personas me dijeron que estaba cometiendo un error por aceptar ese empleo; entre las resoluciones a las que había llegado previamente estaba claro que iba a aceptar aquello que me pusiera de nuevo frente a la oportunidad de mejorar atributos, aunque eso significara reconocer con humildad que no habría vacante demasiado pequeña.

Del mismo modo no hay personas que sean demasiado ajenas a nosotros; influencia en menor o mayor medida hay, me gusta pensar en ella. Me gusta saber que se encuentra bien.

Inversión, inversión, todo debe ser inversión a partir de este instante. Inversión para rescatar mis finanzas, inversión para saldar pendientes, inversión para revolucionar mi entorno, inversión para el aprendizaje, inversión para el retiro, inversión para los deseos, los gustos y las características.

Desde una espalda desnuda hasta un punto rosa; de una piel tersa a una canción pegajosa. Las historias enlazándose tendrán pronto que salir a flote; y como dije un día: Lo haré. Tal vez no ahora, ni mañana, probablemente ni siquiera en esta vida a mí me toque, pero se sabrá.

Hay que recuperar los buenos deseos así como hemos recuperado un poco del pasado. Que se resuelva o no, lo dirá el tiempo, pero estoy abierto a seguir poniéndole mi pecho a lo que vaya a enseñarme la vida.



He Vuelto

Por
Hola amigos. He vuelto, es tiempo de aprender lo que se pueda, es hora de ponerme a disposición de la enseñanza y despertar e ir a dormir ca...

Voy a decirte que sí, pero la neta no volveré a intentarlo.

Voy a regalarte lo que quieras, y al mismo tiempo alejaré de ti mis pasos.

Voy a evitar incomodarte, para poder cavar mi escape.

En algún punto de su vida el redactor entendió que no se trataba de pelear, atrapar o trabajar hasta el cansancio y dejó que la conexión interna con el arte hiciera lo propio. Ya había cedido ante el desprecio ajeno, estaba en un punto bajo de su viaje, pero ahí seguía, a pesar de todo, escribiendo.

Si se tratara de demostrar que soy bueno, –se decía–, seguramente fracasaré de nuevo. Si la vida fuera acerca de conseguir mis sueños, –replicaba–, probablemente nunca consiga siquiera describirlos. Si acaso importara cada letra que mis pensamientos plasman, –pensaba–, después de varios millones, tal vez consiga ser leído.

Pues no es así, la negatividad haciendo acto de presencia desde el primer minuto de este nombrado "nuevo ciclo", cual por cierto, he de confesar de paso, no me ha parecido en nada distinto a un jueves cualquiera, fastidia de formas inimaginables, presionando la llaga.

Algunos de mis alumnas de secundaria con su atenta personalidad de niños, me abordan interesados para enterarse de qué es lo que me sucede. "Nada, un poco, algo, todo, no tengo idea". Mis réplicas una más evasiva que la anterior, ¿y si la música fuera capaz de convertirse en mi salida? ¿O tal vez contar una vivencia del pasado me sirva como tangente?

Me gusta escribir, así, en seco, franco, y a veces diferente, intercalar poemas y textos narrativos con honestidad impresa; pues al final, todo artista busca cada día la atención de su musa, por inalcanzable que sea. Pero uno que la herramienta que utiliza es la palabra, o bueno, un servidor al menos, una y otra vez encuentra formidables los atributos en su camino, anhelando estar metido en todas partes y al mismo tiempo, en ninguna, pues si las divas de mi historia tuviera la astucia de enumerar, desde mi abrir de ojos, hasta el doble de los días que llevo transcurridos sería la cantidad actual.

Es muy sencillo poner palabras que hablen del amor, de lo formidable que es el viaje al "fueron felices para siempre", lo complejo es estrujarte el corazón y con lágrimas de impotencia, entre los "te amo", "te extraño", "nunca voy a olvidarte", "siempre estaré para ti" y "eres lo mejor que me ha ocurrido" aplastando cada fibra nostálgicamente, declarar que seguimos en pie, dispuestos a aceptar lo que llegue.



 Mi cabeza es una sopa. Desde despertar y no saber qué estoy haciendo aquí hasta fastidiarme por el solo hecho de existir, "de qué sirve ser ingeniero" me pregunto, si nadie está interesado en pagarme por trabajar para ellos, y por cuenta propia, "de qué sirve a veces redactar", si no consigo construir una obra decente de todos los recortes, "de qué sirve tener acceso a tanta información que no está disponible para todos", si con ella no hago negocio y mis números rojos siguen aumentando, "de qué sirve esta vida" si nada más estoy aquí de paso, y no logro cuidarme para yo mismo funcionar correctamente.

Se está terminando el año; durante toda mi vida llegar a esta época significaba muchas cosas para mí, la nostalgia llegaba y me llenaba de dicha la sola idea de poder compartir con mis seres amados, en papel o de manera virtual me ponía retos para esforzarme en ser una mejor versión de mí, obsequiaba regalos de corazón a quienes me rodeaban, me enternecía con el amor que se respiraba adentro y afuera.

Hoy la situación es diferente, mi cerebro no deja de repetirse que ha sido un año difícil, el más complicado hasta ahora, tengo treinta y tres años, en casi un mes cumplo treinta y cuatro sin sentirme pleno, sin ganas de continuar, sin sensaciones de amor rodeándome. Agradezcan por mí aquellos que son dichosos de sentirse enamorados, felices y completos, yo estoy quebrado, en todos los sentidos que esa palabra signifique.

Una de las cosas que solía resolver mis complejos, temores y fracasos es el humor, pero incluso eso ha estado bastante lejos de lo que era. Y los amigos, estamos encerrados, estoy atrapado, con deudas incrementándose a mi alrededor, con decenas de problemas sacudiéndome cada hora, con terror ante el riesgo que supone para mi papá salir cada día a trabajar para darnos de comer. En mi mente, soy un mendigo, un pordiosero, un limosnero que vive del apoyo que sus padres le brindan, y no tienen idea de lo frustrante que es eso. Es hasta doloroso.

Cada mañana en cuanto despierto en lugar de sentirme feliz por estar con vida, me siento triste por seguir siendo un inútil estorbo. Pero qué quiere de mí esta humanidad, y qué puedo hacer que me saque de este agujero sin fondo, ¿llorar? Créanme que lo he hecho hasta el cansancio, ¿estudiar? También, continúo haciéndolo a pesar de no comprender por qué en todos lados estoy siendo rechazado. He perdido oportunidades que estaban ahí puestas para mí, me han botado de procesos en los que voy sobrado con todas las características que buscan, me han ignorado a postulaciones en las que no son necesarios conocimientos ajenos a mí y mi experiencia. En fin, todo este mar de decepciones me tiene harto, estoy como diría el mismísimo Grinch "hundido en mi propia miseria", aunque no sé para dónde voltear.



 Me piden que escriba, cuando me siento incapaz de hacer cualquier cosa que me pueda ayudar a salir adelante. Mis oportunidades de ser mejor desaparecen lentamente, y me atraviesa el cuerpo la idea de ser uno más del montón, en la próxima oportunidad que se me presente, sin lograr nada por mi cuenta, funcionando únicamente como otro mono (monkey) en el ensamble de producción de la gran maquinaria que es cualquier empresa que me de cobijo y me brinde la oportunidad de generar para pagar pendientes.

Así es, probablemente se avecine un futuro a corto plazo en el que estaré en un lugar en el que las capacidades cognitivas no sean requeridas y únicamente esté ahí presionando botones de manera sistemática; sin analizar, sin desarrollar, sin pensar; pues mis bondades empíricas dan la impresión de estar muchísimo más lejos de lo que la media en mi ramo representa.

¿Qué se siente estancarse en un mar de frustración y limitaciones durante un viaje con rumbo hacia el éxito? Es terrible. Como título de Easton-Ellis, "less than zero", cada detalle invertido en alcanzar tu cometido es un giro en el propio eje, al tiempo que envejeces, tu cuerpo se empieza a deteriorar por la pésima calidad de vida y te lamentas cada segundo por los errores cometidos que no permiten que liberes tu pensamiento y empieces a producir.

Además, con tantas obligaciones por cumplir, tantos métodos que realizar a rajatabla, tantas reglas que obedecer, únicamente te queda pudrirte en el olvido. Despreciado, sin aliento ni esperanzas, y solo, completamente solo... Porque aquello que más te horrorizaba se volvió el fantasma que te acecha cada noche y se roba tus sueños, ese mismo que te muestra en la mañana cómo va muriendo tu entusiasmo creativo poco a poco. ¿Y qué será de mí? Te preguntas todo el tiempo. Si acaso mi condena fuera en prisión, tendría el privilegio de contar los años que me faltan hasta que se cumplan mis días de castigo y algo disruptivo suceda conmigo al volver a la libertad. Pero vivir dentro de esta cápsula de decepción, sin capacidades óptimas para utilizar las herramientas que me rodean, sin aprender nada nuevo con la astucia necesaria para hacerme suficiente y dar verdaderos pasos, solo es veneno. Un veneno que acaba con cualquier ilusión que alguna vez hube tenido.

Ni siquiera se me dan las letras como en algún momento lo anhelé, convirtiéndome lentamente en un bulto inerte de porquería; hasta en eso era mejor el escarabajo en el que terminó Samsa. ¿Qué pasará conmigo? La incertidumbre y la duda me hieren cada día, no tengo idea, de verdad, no lo sé. Me consumen deudas conforme pasan las horas, y no he sido capaz de producir un céntimo más de suficiencia. Cualquiera con algo de ego diría: "Hey, hago lo propio; estudiar, prepararme y seguir aplicando", pero la verdad mi caso, en esta ocasión se siente diferente, es como si cada día atravesara un juicio que se reinicia una vez finalizado el anterior en el que continuamente salgo culpable de todos los cargos.

Y con esta culpa en mi alma, este dolor apretándome el pecho, este autodesprecio ante mis limitadas capacidades y este peso enorme que supone existir en estos tiempos; las microdosis de veinte minutos redactando son una necesidad de escupir un poco de este desagrado y frustración, para poder seguir pataleando a la mañana siguiente contra corriente en las atormentadoras aguas del gris entorno distópico en el que se encuentra sumergida mi mente.



 Estoy aquí una vez más, pasadas las tres y media de la madrugada, el ruido del aire afuera es intenso y delicioso para un clima como el que es habitual en Colima, se escucha una alarma doméstica de fondo, perros ladrando y carros a la distancia.

Mi mente está triste, me encuentro más preocupado que nunca antes en lo que va del año; las cuentas ya no me salen, veo cómo lentamente se termina este ciclo y sigo sin ser funcional para el entorno que me rodea. Apenas ayer me sentía esperanzado con volver a enrolarme en la vida laboral de manera útil, con tremendo fracaso como desenlace en la entrevista que me dio para abajo, y lamentablemente no puedo dejar de pensar en cómo se me fue esa oportunidad de las manos.

En ocasiones me gustaría no ser tan pasional con mis metas y permitirme fluir libremente entre lo que me rodea; de hecho, había venido haciéndolo constantemente durante las últimas semanas, sin cerrarme a oportunidades y dedicándome a proponer. Pero al final no depende únicamente de mí; la consecución de penas y el entorno han sido parte fundamental en mi lucha por continuar. Atrás quedó, muy lejos de mí, la versión que se sentía capaz de alcanzar sus sueños, ahora solo pienso en poder dormir mañana o al menos seguir pataleando para no hundirme.

Innumerablemente me he repetido la frase de "esto es temporal", conforme el tiempo transcurre y mi ignorancia queda evidenciada, esa temporalidad me aterra. Es desgarrador no poder apoyar a mis papás como quisiera, es tristísimo encontrarme en una localización geográfica casi todo el tiempo sin poder moverme y hacer algo por mejorar, por falta de recursos, y ahora también, conocimientos.

Lo que depara el día de mañana para mí no está claro, a este punto no sé siquiera cómo voy a iniciar el próximo año o si terminaremos completos el actual; por que obviamente ese es otro de mis miedos y una cosa que me desalienta. Nadie va a venir a ponerse en mi lugar, darse cuenta de lo mal que está mi situación y regalarme un millón de pesos para que vuelva a activarme, nadie la hará, y estoy consciente de ello. Así que el adeudo de mi casa seguirá creciendo, probablemente hasta la pierda; los otros pendientes económicos también, ahorcándome. Y mientras, muero lentamente, en la autodecepción.

Lo reconozco, es hermoso ver cómo algunos de mis conocidos y gente en mi entorno crece a pesar de la situación en la que estamos metidos todos; me congratulo con sus logros y al mismo tiempo me aflijo con la inexistencia de los propios. Sin viajes, recursos, negocios, talentos, nada. Es cierto que desde un inicio he admitido que cualquier posesión es vanidad, pero vivo en este mundo, aquí nací, en estos tiempos, es lógico que también quiera poder construir un poco para dejarlo a quien termine conmigo esta historia.

Para cualquier novela, por entretenida que sea, cuando el héroe cae de manera recursiva en un ciclo de inminente derrota, si no se aplica un "deus ex machina", todo se iría al caño. Bueno, así de cerca estoy de que este trayecto termine del mismo modo. Solo me queda un comentario más por hacer ahora, a los que estén activos: Sigan haciéndolo, los necesitamos más todavía. A los que como yo, no encuentran la salida: Sepan que tal vez caigamos en la desgracia, pero el golpe no será del todo culpa suya, vayan preparándose.

No les voy a predicar esperanza, ni les voy a decir que mañana será mejor, solo les aseguro que si están conscientes de que pueden desvanecerse ahí mismo, la inminente aceptación de la caída será un proceso menos doloroso. Porque cierto es que, como dijo Jobs: "Si vives cada día como si fuera el último, algún día tendrás razón". Abracen, rían, lloren, coman, beban, bailen, canten, lean, escriban, amen.



 I know you think that you're not good enough, but instead of complain, keep learning whatever you can.

Of course you know geniuses and you're not even close to have their skills or qualifications; take it easy, you're running your own race and its versus your fears and limits.

Instead of wasting your time looking around or watching past times, be coherent with your dreams and continue moving.

For sure a lot of people will reach there before you can even open and close your eyes, but take it as something nice to see during your way to get what you deserve.

Never stop dreaming, but live everyday killing stupid fantasies and doing whatever can make your goals happen.

Don't cry about what you have failed anymore, rather celebrate what you have experienced and who you are today.

You're alive, you feel great, you're motivated, you will help others as much as they are helped you until now; because you're full of love to give (this is much more important than misery and self pity).

Use this post as your mobile-browser's home page. 

And remember: You have no to lose, there's nothing else in your bag, learn as much as you can.



 Si hace bastante que no escribía es porque estaba pasando por un periodo de adormecimiento intelectual, las ideas no fluían correctamente, las palabras no daban de sí una para ser redactada posterior a la otra, pero he venido aquí esta noche, en medio de la madrugada, porque tengo una confesión que hacer:

Con nadie en mi vida he podido liberar esa parte de mí que debería de causarme vergüenza por los complejos y temores, si un poder especial tienes, es precisamente ese, que estás cerca y logras mantenerme cautivo mientras extraes cada una de mis vivencias y provocas que mi gusto por ti crezca.

Conoces al cínico, al gordo, al débil, al deprimido, al frustrado, al molesto, al agradecido, al maniaco, al obsesivo, al desesperado, al torpe, al frágil, al valiente, al entregado, al honesto, al justo, al desagradable, al fastidioso, al incompetente, al luchador, al virtuoso, al descarado, al arrogante, al misógino, al engreído, al estudioso, al repulsivo, al caprichoso, al pasional, al distante, al enamoradizo, al cansado, al romántico, al esperanzado, al talentoso, al triste, al divertido, al simpático, al amable, al asocial, al bibliófilo, al melómano, al espiritual, y estás a un paso de conocer al monstruo, sin mostrar siquiera un poco de miedo, eso es lo que más me agrada de ti.

Con sinceridad, al cabo de los años a cuestas de conocernos, habiéndote hablado de cada uno de los rincones de mi existencia y dificultades durante la misma, sin importar lo grandes que hayan sido mis errores o terribles mis problemas, a pesar de las enfermedades; entre las sombras, como esa parte de mí de la que contadas personas podrían dar testimonio, te encuentro.

Se mantiene entre nosotros una conversación continua sin importar los lapsos de inactividad, pues mutuamente respetamos el valor que cada uno le otorga a su vida y prioridades; sin molestarnos o andar justificando la dosificación de atención, sin mostrarnos reacios y ante un mutuo consenso jamás emitido en palabra o texto, seguimos uno para saber del otro.

No estoy seguro de que esto sea amor o un afecto fraternal simplemente, entiendo que lo consideres de la misma manera; sin embargo, el respeto, la admiración y la atención que nos brindamos es suficiente para motivarme a escribir estas líneas con toda la experiencia acumulada.

Entre mis planes conscientes nunca estuviste, probablemente nunca más estés, pero estas letras sí son dedicadas a ti; pues a pesar de no sentir la explosión emocional que en mis enamoramientos antaño, el aroma a frutas y colores brillantes que me provocaba con su presencia Angie, el brote de espuma satisfactoria en mi estómago rebosante de alegría ante el que sucumbía al escuchar la voz de Bertha, o el torbellino de pasión desenfrenada que ponía alerta cada una de las fibras de mi cuerpo al pasar mis manos sobre la piel de Daniela, además de un par de casos fallidos que únicamente me hicieron comprender lo inexperto que soy en las artes amatorias; lo dicho, lo escrito, lo planeado y lo pactado, cada acuerdo que hemos realizado, me hace sentir en mayor medida interesado por ti.

Imagina el tamaño de la explosión que provocó en mi interior el gozo al saber que nos atraen las mismas fechorías, y por "fechorías" sabes tú perfectamente a qué me refiero, pero entre eso: El sarcasmo, el humor negro, el antiheroísmo, el pensamiento crítico, las expresiones atípicas, el fuego y el tiempo.

Hablar de dimensiones, distancias o idioteces del día a día, mientras se me escapa una sonrisa o un pequeño pensamiento contigo como protagónica recorre mi mente, sin darle más vueltas al asunto y aferrarme a una alucinación probable, estás ahí, que es lo importante, únicamente quiero decirte eso: Gracias por estar.




 ¿Es triste despejar dudas? El fracaso es una constante que inminentemente encontraremos adelante, sin importar el rumbo que tomemos, tarde o temprano la tristeza de no conseguir lo que anhelamos se hace presente. Así que, aunque triste, es catártico.

Llegar a un punto en el que tras analizar la consecución de decisiones te des cuenta que eres lo que eres como resultado de todos tus errores del pasado; poder agradecer sin embargo, que las experiencias vividas no han hecho más que nutrir tu alma y espíritu, es una enorme victoria.

Hace días veía una publicación de una chica extranjera en la que comentó algo que me gustó mucho: El mexicano siempre ve la virtud en las situaciones, no importa que le haya ido mal o bien. Si le fue bien, lo celebra con todo su ser y si le fue mal, toma con optimismo el aprendizaje adquirido.

Ya sabes, el proceso de reincorporación ante el duelo es complejo; pasando por todo el tiempo que supone la negación, después hay que aceptar que las cosas no son para uno, a veces esas etapas permanecen con uno durante años. De ahí el enojo, la ira, el coraje, lo que venga consigo...

Pero estuvo bien ilusionarse, siempre es bueno intentar, mejor es que el mundo reconozca que no pudiste conseguir algo que te vieron comprometido a alcanzar, en lugar de no haber movido un solo dedo. Porque peor que el fracaso es la mediocridad de la inacción.

Los deseos van a seguir llegando, y tanto los objetivos como los obstáculos son entes dinámicos. Tenía que sacar lo anterior de mi sistema, necesitaba expresarlo en algún lugar y que quedara evidencia.



 Más de un mes sin pasar por aquí, pues no tenía ganas de casi nada, las situaciones en mi entorno se complicaban lentamente hacia un destino catastrófico, los miedos hacían fila para doblegarme. No recordaba la última vez que tuve una razón para celebrar, el año se comportaba peor de lo que esperé... Hasta que me llegó una noticia que transformó mi paradigma de cómo venía viendo las cosas.

Atracción hacia lo bueno, aceptación del éxito en pequeñas dosis en lugar de victimizarme por la seguidilla de fracasos. Volví a ser otra vez yo, con un montón de cosas a cuestas, pero feliz de poder agradecer a la vida. "La gente que nos rodea se sigue muriendo a montones", fue algo de lo que me dije, deseaba convencerme de que por mal que estuviera, muchos la estaban pasando peor.

Escribir quedó demasiado abajo en mi escala de prioridades, leer me costaba un trabajo titánico. Tuve que girar la tuerca, cambiar la dirección hacia la que observaba, y entonces me di cuenta: remaba contra corriente, el mundo en medio del colapso y yo queriendo tratar de mostrar cosas que todavía no era, deseando aprender tecnologías para las que anhelaba ser bueno, aplicando a posiciones de las que nunca me hablaron.

Y sí, opté por dejar que el tiempo decidiera por mí; ya había hecho decenas de jugadas sin lograr ser aceptado, las empresas no me querían, ¿será que estoy en una especie de lista negra?, detalles que nunca sabré. Lo que sí sé y por lo que vine hoy, es que me convertí en el vivo ejemplo del sobreviviente a las arenas movedizas que dejó de luchar contra ellas.

Durante toda la previa, morí y reviví sueños repetidas ocasiones; hasta que una tarde, cansado de fracasar en mis intentos, recibí una llamada, en la que se me ofrecía dar algunas clases de computación a niños. En mi pensar profesional (con el ego de un ingeniero a tope) siempre me dije que los profesores de materias tecnológicas no son más que personas frustradas que no encontraron cabida en su rubro laboral, así que terminaron en docencia. Lo dije y ahora lo vivo, no sin antes expresar mi más profundo respeto a los que se encuentran en un contexto similar, he comprendido cosas que antes, por mi visión incompleta, solamente ignoraba.

Desde el primer día me prometí ser un tipo de instructor que enfocara su esfuerzo en ver a los alumnos dominando los objetivos; pero me puse límites como si fuera un estudiante más: No voy a hacer exámenes, no impondré tareas y todas las actividades relacionadas al tema se realizan en clase.

Con esa metodología en mente, la logística para conseguir recursos será importante; y la utilización de herramientas en línea durante este periodo obligatoriamente digital será la base para conseguirlo. ¿He de lograrlo? No tengo idea, pero al menos me esforzaré en ser la clase de mentor con quien yo me hubiera llevado bien. Además es cuestionable el hecho de que otros quisieran vivir las condiciones de "desempleo" por las que atravieso; por lo que en lugar de estarme quejando, dedicaré más energía a agradecer y prepararme en lo que pueda.



Bien dicen que la vida es cíclica, y que estamos destinados a revivir eventos cada cierto tiempo; así el que pasa por una crisis una vez es probablemente alguien que lo ha hecho con anterioridad para después de un tiempo volver a levantarse tras su situación.

Llevar más de medio año desempleado me ha hecho pensar en las veces que he vivido experiencias similares y cómo es que nunca he estado suficientemente prevenido para recuperarme a pesar de considerar las variables.

Por ejemplo, en mis tiempos de preparatoriano me quedé sin trabajo y duré un par de semanas así, previamente saltando entre uno y otro empleo temporal sin éxito. No fue hasta que mis papás se encontraron con un conocido y le comentaron que quería trabajar; para empezar de cero, ya saben, empecé con la clásica la historia de la escoba y el trapeador siendo el que lavaba los baños cuando se necesitaba.

En esa empresa estuve por once años, ahí conocí a grandes personas que hasta ahora considero amigos y aprendí valores básicos como escuchar, anotar, proponer y observar. Pasé de ser el que podía ayudar con la limpieza, al ayudante de almacén en tienda; era el que acomodaba la mercancía pues. Al paso de poco tiempo, mi jefe tuvo que haber encontrado alguna virtud en mí, pues me colocó como parte del personal de mostrador; donde pude aprender de ventas, trato al cliente y memoricé un catálogo consistente de productos porque no solíamos utilizar códigos de barras.

Lo que siguió fue que durante la prepa (que cursaba por las noches), se me permitió salir hora y media antes, me dejaron como compañero y posteriormente jefe del almacén general de la empresa; ahora mi trabajo consistía en surtir material a las cuatro sucursales de la empresa y gestionar el inventario. Pasándolo de simples hojas de excel a una pequeña base de datos. Por aquellos días hacía mis primeros intentos de programación.

Pasaron algunos años y se me pidió volver a la tienda, esta vez a apoyar en otras áreas; obviamente tenía la intención de segur estudiando, porque la escuela me parecía sencilla y estudiar era mi escape a la realidad laboral. Venía una parte difícil, la facultad ocurría durante el turno de la mañana por lo que había que negociar con mis jefes la posibilidad de seguir trabajando parcialmente. Se logró, aunque la paga era mucho menor, me dieron la oportunidad de laborar durante tres horas al día, por el turno de la tarde, y así saqué la carrera. Esta vez mis obligaciones para la empresa eran más carácter administrativo, contactar con proveedores, revisar y registrar facturas y pedidos, gestionar inventarios globales, administrar costos y de vez en cuando, también me tocaba atender clientes.

Justo al terminar la carrera, estaba ilusionadísimo con una chica que conocí en redes y personalmente durante un viaje a Guadalajara. Estaba asombrado por la belleza de las mujeres por allá y lo buena onda de su gente, en mi mente estaba claro que de presentarse la oportunidad, entraría a trabajar allá y me aproximaría a la entonces dueña de mi corazón.

Se logró. El hermano mismo de mi entonces ex me consiguió una entrevista, tuve que viajar a realizar un examen y me dieron la oportunidad de entrar a trabajar al área software de Intel. Di las gracias a la empresa en la que trabajé durante la última década y mi sueño profesional estaba por comenzar.

La misma persona que me apoyó a acomodarme en el trabajo, me ofreció un cuarto en su casa para habitar. Todo estaba bien, salvo lo infeliz que me hacía saber que me encontraba tan cerca de mi ex y tan lejos de su corazón; y de hecho un par de ocasiones me sentí especialmente mal al enterarme que le sacaba la vuelta a cualquier convivencia o interacción conmigo; de ahí aprendí a retirarme en paz de donde no soy bien recibido para evitar ser una molestia. Lo anterior aunado a que vivíamos bastante lejos del sitio laboral, me convenció a mudarme a un lugar más cercano.

Una de las mentes más brillantes que personalmente conozco y con quien he tenido la dicha de estar en el mismo equipo en Intel, me comentó que él tampoco era local y en el pequeño edificio que vivía rentaba por muy poca cantidad de dinero un cuarto. Cosa que tomé como referencia, busqué y efectivamente había disponibilidad, por lo que renté en ese sitio.

En Intel aprendí lo descubrí lo mucho que ignoraba del mundo de la programación y que todo el tiempo sin importar mi esmero saldrían cosas nuevas y retos mayores. Yo seguía siendo alguien que aprendió rústicamente y con métodos no celebrables a moverle al código. Pero tenía ganas de saber y poder hacer las cosas bien. En ese lugar aprendí a administrar sistemas operativos, el código que programábamos había que colocarlo en distintas distribuciones de software libre y licenciado. Pasado el tiempo me enseñaron a automatizar procesos, a entender y manipular funcionalidades de red en planos reales y a documentar software correctamente.

Pero, también extrañaba la programación web; me decía a mí mismo que era lo que primero había realizado y lo que más me llamaba la atención (y por supuesto, con lo que mayor experiencia tenía). Convencido de eso, cuando una compañera de trabajo me platicó que un amigo de ella estaba levantando su start up y en vistas de que mi sueño era entender el mundillo del emprendimiento, decidí tomarle la palabra y acudir a una entrevista de trabajo. No hubo problemas para encajar, se escuchaba genial la oportunidad; para este entonces, uno de mis mejores amigos ya había terminado la carrera y estaba trabajando también en Guadalajara, en una transnacional llamada Tata y vivía cerca del estadio con otros tres compañeros de clase que trabajaban en donde mismo (cosa que nos servirá más adelante para hilar la historia).

Cuando decido moverme de trabajo, sin evaluar la situación a consciencia plena, dejo también algo que cualquiera podría considerar como "seguro" por adentrarme en la aventura. Cuál va siendo mi sorpresa que las cosas estaban más pesadas de lo que yo creí. Para empezar, me dejaron de lleno la responsabilidad de administrar una app cuando en mi vida había tenido interacción con eso; dicha app resultaba ser el producto empresa de la compañía, una especie de mesero virtual que se colocaba en bares para agilizar la logística de atención a los clientes.

Estaba maravillado y aterrado al mismo tiempo; porque entre las cosas que me pusieron a hacer, fue a utilizar plantillas de Photoshop para maquetar sitios (cosa que tampoco había hecho); la estabilidad de mi trabajo dependía estrictamente de terminar una serie de webs pendientes que la agencia para la que trabajaba ya tenía vendidas y cobradas. Obviamente esto no lo supe hasta que entré a trabajar. Con algunos de esos proyectos no tuve mayor problema, se resolvieron y sacaron en tiempo.

Pero llegó la tienda en línea, una tienda que, a palabras que después escuché del cliente, llevaba como un mes de atraso el día que yo entré a trabajar al lugar; y no se me pedía, se me exigía que la tuviera lista en dos semanas. Mi experiencia tanto en back end como en front end era junior en aquel entonces, pedirme que hiciera algo así me resultaba soberanamente imposible; menos porque nunca se me pidió en la evaluación previa que sacara algo por el estilo de mi historial. Para ese entonces lo que yo sabía de desarrollo web, por valiente que me sintiera, estaba ligado a manejadores de contenido y proyectos pequeñitos con a penas interacción con bases de datos; el monstruo que se me solicitó vencer terminó por derrotarme. Aunque quiero que sepan que di todo de mí; incluso un par de días entre semana y el fin de semana en cuestión no salí de la oficina; me quedé trabajando día y noche por jornadas de cuarenta y ocho horas... Por intención y esfuerzo no quedé, sin embargo, fracasé.

Para esto, he de comentar que en un inicio llegué a una negociación salarial por una cantidad que nunca se me otorgó; creo haber estado en esa empresa por un total de mes y medio. Y así caí de nuevo en el desempleo al que tanto miedo le tuve la vez anterior... Pero, a mi parecer estaba más preparado. No fue así. Me regresé a Colima, y seguí postulándome a diversas opciones a través de Internet con nulo éxito por un mes entero; el tiempo que yo había contemplado que me tomaría volver a encontrar trabajo. Hasta que un día una chica publicó en Facebook que buscaban a alguien que apoyara en desarrollo web. Los contacté, me agendaron las primeras entrevistas, resultando favorecedoras, tenía que volver a la ciudad para entrevistas presenciales.

Empecé a pedir favores. A mi amigo de la infancia que en ese entonces vivía en Guadalajara le pedí que me diera hospedaje durante algunos días, solo necesitaba literalmente un pedacito de suelo para vivir en lo que conseguía algo o me regresaba, y así fue. Por parte de esta empresa me pasaron un reto a resolverse durante el fin de semana; realicé el reto y lo envié. Pero los días seguían transcurriendo, mi economía estaba devastada, por lo que pedí prestado a los cohabitantes del depa. Tenía unas treinta latas de atún en el lugar y estaba limitadísimo en cualquier otro gasto. Pasaron cerca de diez días y no obtuve respuesta por parte de la vacante en la que estaba consciente de haber causado una buena impresión.

Un buen día, a las primeras me dijeron: Oye, hoy habrá un "open house" en la empresa, prepara tu CV en inglés y asiste; así podrás ingresar como trainee a trabajar con nosotros. Me alegraron el día, la semana, el mes, esa oportunidad no iba a dejarla ir. Me preparé con mi documento asistí a la entrevista, me tocó la fortuna (de verdad) que un indio me entrevistara y tuviéramos una conversación que se sintió cómoda, a pesar de ser mi primera experiencia con alguien con ese acento y para los que lo conocen, saben que es algo complicado de entender al inicio. Esa noche estaba que me volvía loco de felicidad por la noticia en mi correo, había sido aceptado y con un sueldo muy superior al que todos los que estábamos en el depa esperábamos (de hecho les dije: "Si es cierto que voy a ganar esto, los invito a todos a cenar con mi primer pago", éramos seis). Días más tarde estaba firmando mi contrato, no lo podía creer.

Pero no fue hasta un mes después que me pagaron por primera vez en Tata. Para entonces, yo tenía un adeudo con uno de los roomies que estaba tal cual manteniéndome, hasta que tuviera dinero para pagarle. 

Y pues, así estuve en ese entonces y de la misma manera estoy ahora; la moraleja es que nunca me he encontrado suficientemente preparado para lo que el destino tenga para mí. En su momento creí que con ahorrar un poquito, no me afectaría el desempleo y lo hizo; después creí que con un colchón financiero equivalente a un mes de sueldo podría superar complicaciones hasta encontrar trabajo nuevamente y no fue así; finalmente, tras mi último descalabro y leer decenas de fuentes, consideraba que con un semestre de sueldo sería suficiente para sobreponerme al desempleo. Siete meses, un intento fallido de iniciar mi propia empresa (detenido por trámites burocráticos), una pandemia y tras haber sido rechazado de unas cuarenta vacantes a las que he aplicado he de decir de nuevo: Me equivoqué, sigo sin saber cuánto es suficiente para evitar caer en estos agujeros laborales del desempleo.


Se dice que atraemos lo que decretamos, pero qué difícil es no sentir que eres una decepción cuando llevas más de medio año desempleado y sin atraer a ningún reclutador de talentos... Pensando, tal vez no tengo talento alguno.

Los últimos meses de mi vida han sido horripilantes, no se los deseo a nadie; las finanzas van mal, a la baja, mis estrategias andan fallas y para colmo, no puedo producir por cuenta propia porque el mundo entero está sufriendo del colapso. ¿Saben la cantidad de veces que mi mente ha querido traicionarme durante esta semana? Si lo supieran, entenderían por qué casi no estoy durmiendo, y qué pasa que siento tanto miedo del entorno.

Estoy solo, entre mis determinaciones estratégicas mentalicé que sería una buena idea mudarme a una ciudad cosmopolita en búsqueda de empleo; eso y el terrible calor de mi lugar de origen me hicieron salir corriendo. ¡Claro que puedo! ¡Claro que puedo! Me repetía mentalmente.

Imagínense el tamaño de mi decepción cuando, las razones por las que me mudé eran nulas, inexistentes. Yo había previsto incluso para este tiempo ya estar ganando dinero (sí, así es amigos, mi situación actual está al límite de lo extremo). Recientes cambios fueron de: Está bien, entonces sin trabajo no hay comida, sin comida no hay energía, sin energía... Bueno, ustedes me entienden, hasta la coherencia para redactar podría estarme fallando.

Recién leí en Internet un mensaje que reinterpreté y respondí a mi modo, el original hablaba del tiempo que dura un recuerdo de alguien en nuestras memorias, romanticismo al decantarse por la frase textual: "¿Me amarás al amanecer?" Mi contestación fue: «Somos efímeros. Tratando desde un inicio por instrucción de demostrar valía, de alcanzar supuestas "metas" y construirnos nuestro propio camino al éxito... Eso no existe, tanto como no existen los recuerdos y memorias, pues no perduran más allá del ínfimo instante que la humanidad va a habitar el planeta. Desde esa perspectiva, si toda la historia humana se puede resumir en un instante Universal, y cada vida no representa más allá de un grano de arena en la playa que es la civilización; un pensamiento es un destello en medio de un proceso cognitivo, so... Sí, será fácil amarte al amanecer, y podré contenerte en mi memoria entretanto que siga vivo.»

En fin, como les informo, me regresaré por donde he venido, sin logro alguno, sin experiencia mayor al horror de sentirme en medio de desolación constante; un momento con energía y optimismo, un rato después tras afrontar la realidad del rechazo reiterado, sumergido en miseria, ansiedad y desesperación. Con sus debidos colaterales: Dolores de cabeza, insomnio, mareos y una tristeza abismal que no me cabe en el cuerpo. Y sí, claro que sí, cualquiera puede venir a enviarme a terapia o recomendarme centenas de libros o experiencias espirituales; el punto es el mismo, estoy en medio de un agujero sin fondo tratando de agarrarme de la primera rama saliente que encuentro, y cuando creo tener la capacidad de levantarme y comenzar a subir a partir de ahí, se rompe y continúo cayendo.


El romance termina al la oscuridad de la noche apoderarse del sitio,
las manos inquietas temblando y la respiración se agita, 
se desvanece la sensación de permanencia,
quedando únicamente la subsistencia.

¿Quién es y por qué persiste encontrarse conmigo?
El amargo sabor de la desgracia agobia mi lengua,
la introspección ha dado malas referencias de lo que sucede,
me quedo ciego, estragos de derrota tengo a cuestas,
el rojo de su mirada avanza cuanto puede.

Somos capaces de encontrarnos con entes extraños al claudicar,
respirar profundo es solo uno más de los síntomas ante la desgracia;
ella a penas tenía veinte años, yo no lo sabía,
me he convertido en el monstruo al que temía en la infancia.

A pensamientos retorcidos es tiempo de hacer cambios,
el sabio se expresó de mí tan mal como quiso hacerlo;
lo siento mucho querida, te colocaste en mi camino,
eres mi divina presa, el bocadillo a punto de conocer su destino.

Los facciones de la hermosa víctima emanaban desencanto,
no es ahora tiempo de claudicar en busca del decoro,
llegué aquí a devorarla y hacerla mía, es lo que ella aceptó;
mirando las marcas en su piel, la inocencia que cambió por oro.

Mi lengua surcando las hendiduras en su espalda;
ahora sin moverse, en un principio se burlaba,
¿quién le hubiera dicho que nunca lo intentara?
Delicioso botín que a mis pies al comenzar estaba.

No hay amor que valga aunque quisiera huir; 
le hice ver que hay pasión que demasiado cuesta,
hay placer que hiere y dolor que sacia.
Sobretodo horror que su inerte aspecto nuestro entorno infesta.


Y no escribes, no meditas, no te relajas, no duermes, no piensas con frialdad, no levantas proyectos, no avanzas, no reaccionas, no te cuidas, no regresas a trabajar, no abandonas la zona de confort, no respiras, no aprendes, no inviertes, no vives.

El año actual ha sido comparable a un descenso empinado en la montaña rusa, donde lo único hasta mis gritos son inaudibles; hay cosas que no deseo, como alejarme de mi familia y proyectos que pudieran generarse aquí. Pero seamos sinceros, sin energía ni concentración, de poco o nada sirvo; los acontecimientos recientes y los pésimos hábitos, además del horroroso calor lo único que hacen es que mi interior ruegue por alejarse y le permita sanar; pues es noble, valiente y funcional, recíproco cuando lo trato bien.

Hay cosas que las palabras no pueden expresar, como mi ansiedad por retirarme de este ambiente que me afecta cada día; mis papás no me comprenden, una o dos veces se hacen sordos con la alimentación, esperan a que se me olvide, y volvemos a los mismos vicios... Pero no, eso no significa que los esté culpando, ellos vienen de una formación nutricional de la que difícilmente van a salir, los gustos tradicionales están por encima de cualquier perspectiva de salud, aunque reitero, no es en absoluto su culpa.

Soy yo el que no puede contenerse, soy un adicto rodeado de los placeres que enriquecen mi adicción; alejado de los fundamentos y las fortalezas que vivir por mi cuenta me traen consigo; tampoco he de mentir en el hecho de que estoy preocupado y la ansiedad me ataca con más frecuencia que de costumbre. El exceso de futuro, la responsabilidad de no saber si tendré dinero para desayunar mañana en caso de estar por mi cuenta me aflige, pero es un tormento que debo de enfrentar solo, no cuento con ellos lamentablemente; sus preocupaciones están colocadas en tener algo sobre la mesa, dentro del refrigerador y en cada una de nuestras barrigas.

Lo anterior tampoco es malo, desde su perspectiva hacen lo posible por mantener a flote un barco; un barco que de haberse construido distinto desde sus inicios, tendría hoy la fuerza suficiente para mantenerse solo y aguantar tantos viajes como le fueran requeridos. Ni hablar, entré a jugar con un nivel de dificultad mayor a otros, lo reconozco y acepto; ahora yo soy el que quiere tener la capacidad de trabajar por restaurar el medio de transporte, y quiero que sea un avión, un auto, un yate, un tren bala, una transbordador, o lo que sea que se necesite para continuar creciendo.

Obviamente tengo miedo, estoy aterrado ante la inminente posibilidad de verme rodeado de enfermos, en un lugar donde no conozco a casi nadie, donde no puedo correr a esconderme a un sitio seguro y reconfortantes; pero es el único camino que veo factible para recuperar mi salud. Porque al final, todo lo que que quiero hacer y no consigo, las situaciones a las que hice alusión al inicio de esta entrada, toda esa frustración acumulada y la constante sensación de mediocridad e ineptitud, no son más que los síntomas de la enfermedad hablando.


Viernes primero de noviembre de dos mil diecinueve; añoraba la ausencia de mi familia, tenía un par de deudas importantes y mis costes de vida eran, por decirlo cálidamente, elevados. Despilfarrando gracias a la holgura que un "buen" sueldo representa, observaba el entorno sin darme cuenta que estaba a punto de comenzar con un experimento que podría cambiarme la vida.

Le llamé por teléfono a ese amigo al que le debía mil quinientos pesos. Oye, amigo, quisiera iniciar un proyecto; llevo algunas semanas analizando números masivamente y he desarrollado durante mis noches de insomnio un algoritmo que me permite prever escenarios óptimos de inversión con crecimiento acelerado; el riesgo está en ambos, quisiera iniciar probando durante todo el año próximo su funcionalidad, creo sinceramente ser capaz de conseguirnos beneficios muy superiores a los instrumentos más comunes de inversión, en específico he comparado mi estrategia con CETES y tengo que decir que los datos son favorables.

Todo en esta vida es un experimento; tardé bastante en verlo de esa manera. La comodidad de percibir un sueldo recurrente con cierto nivel de estabilidad produce una falsa percepción de seguridad; cosa que poco más de dos meses después descubrí; cuando recibí la llamada de mi compañera de recursos humanos diciéndome: "Hoy es tu último día en la empresa". Mi sustento se desmoronaba. ¿Y ahora qué voy a hacer?

Lo peor, lo pero es que me sentía en un alto nivel de incompetencia, y no por mi desconocimiento, más allá de eso, la falta de práctica me empezaba a jugar malas pasadas; establecía conversaciones con personas de otras empresas si éxito alguno, me llamaban en torno a vacantes publicadas y me tocaba interactuar pésima recepción telefónica, fallo tras fallo. Sin trabajo, sin dinero, sin capacidad de encontrar otra cosa; tenía que hacer algo por mi cuenta. Llorar las consecuencias de mi despido no podía frenar mi existencia.

Alternativamente el proyecto independiente seguía creciendo, mi poco dinero invertido había empezado a dar frutos; al momento, todo lo hago para consolidar un producto, así que no, no hay comisiones ni se capitaliza el mercado captado por ahora (sigue sin ser negocio).

Una semana después de despedirme y dejarme con el corazón roto me marca mi exjefe; construí la infraestructura interna de un CRM y un ERP para la empresa; necesitaban agregar elementos, necesitaban modificar actividades y cronogramas; y es que, a pesar de que les hice llegar un instructivo, prefirió que de manera independiente que le diera mantenimiento a dicha infraestructura, en teoría me estaban recontratando a manera de freelance para mantener el producto que les desarrollé por una fracción de mi sueldo anterior. ¿Qué más da? Necesito comer, y vivir; además amo mucho el proyecto que levanté con ellos. Claro que acepto.

Días más adelante el asunto de la pandemia se vuelve real y se extiende hasta cada rincón de la Tierra, llevándose mis siguientes postulaciones entre las patas. Nadie me llama, nadie me busca, nadie me ofrece empleo. Con lo que gano no es suficiente para vivir, a penas me da para pagar uno que otro pendiente. Como por jugada prefabricada por parte del destino, la enfermedad toca a mi puerta, mi lamentación crece, tengo que buscar asilo donde un desmayo, una crisis o un agravio puedan estar a la vista de alguien más; me enfilo a casa de mis padres.

El asunto de la pandemia se vuelve serio, crece tanto que se vuelve una necesidad primordial el mantenerse encerrados. No es broma. ¿Y cómo voy a encontrar ocupaciones si no hay nada abierto? Es más, ¿a quién le puedo ofrecer mis servicios como desarrollador de software o ingeniero en sistemas si las empresas están literalmente cerrando sus puertas por periodos indeterminados. El dolor de cabeza se volvió una constante; como así fue también el crecimiento de los beneficios alcanzados con el proyecto independiente.

A casi la mitad del año transcurrido, con algunas áreas reactivando lentamente, sigo buscando una oportunidad laboral; desde mi último despido no estoy buscando una cantidad de dinero o proyecto en específico, me he vuelto alguien mucho más austero en mi diario andar, valoro en demasía la calidad de vida que comparto con mis padres y hermana, extraño sin duda las grandes urbes colectivas, la libertad de visitar los cines y centros comerciales, el clima menos caluroso, las transeúntes atractivas.

Al mismo tiempo he tenido que invertir en crecer el desarrollo y la investigación que rodea al servicio independiente en el que vengo trabajado, además de haberlo registrado (que como dije en la entrada anterior, por no haber citas en el SAT, todavía no puedo capitalizar); mi esperanza en ver crecer ese proyecto y hacer más por los demás está más clara cada día. Si me preguntan de qué va futuro negocio, me dedico a manejar portafolios de inversión garantizándoles un crecimiento superior a cualquier instrumento convencional a mis clientes; utilizando medidas básicas como la diversificación, el análisis masivo de datos, la generación de rendimientos "a pesar" de las hostilidades que presente entorno, entre otras cosas.

¿Y funcionará? Pues al día de hoy, a siete meses de iniciado, nunca he quedado mal a mi palabra y les he otorgado siempre rendimientos superiores al porcentaje compuesto que garanticé semana a semana a mis asociados. Alcanzando una sorprendente proporción de retorno de aproximadamente el cincuenta porciento en el tiempo que llevamos gestionando, espero podamos seguir en este viaje juntos, espero logremos grandes cosas; y espero que llegue a ser un excelente negocio sano, funcional y autosustentable.

Ah, sí, yo sigo buscando empleo: Tengo 33, soy ingeniero en sistemas con enfoque al desarrollo web (aunque también he hecho administración de sistemas y bases de datos, soporte L3, integración y soporte), he manejado diversos lenguajes de programación y lo mejor es que no tengo miedo a moverle a otras cosas, sé trabajar en entornos con núcleo Unix; todo el tiempo estoy estudiando algún curso (actualmente selenium, postgresql y python), he trabajado para empresas grandes como Intel y Tata, aunque tampoco me intimidan las start-ups, finalmente no busco un gran sueldo: Págame lo que quieras pero dame trabajo y no me obligues a asistir a una oficina. En mi situación actual lo hago, no por abandonar mi proyecto; sino para nutrirlo y darle el impulso inicial que se merece.