Faltan doce minutos para las tres de la madrugada mientras veo correr el cursor al sonoro sentir del teclado bajo mis dedos, eso de querer escribir en horas que los demás están durmiendo, aunque siempre ha sido para mí un placer, últimamente se ha vuelto más una necesidad, un ímpetu incontrolable que otra cosa; atrás quedaron los días en los que planeaba qué y a qué hora escribir, ya no soy más de esos, me he vuelto más holgazán podría decirse, más de componer "al vuelo", como si eso me dejara en algún punto el ego más hinchado, ¿y para qué? Para nada, para absolutamente nada; más de una persona me ha dicho durante todo este tiempo que el redactar en soledad, en vías de que sea yo y únicamente yo quien vea y analice mis textos, cual eterno enamorado de sí mismo, no me traerá como consecuencia ningún beneficio; cosa que he de decir, hasta ahora, ha sido completamente cierta.

Y es que, cuando surgen las buenas ideas, o bien estoy tomando un baño en una ciudad ajena, estoy sentado compartiendo mesa y café con una dama preciosa que me roba la atención, estoy disfrutando de la compañía deliciosa de un intelectual sin acceso a un dispositivo electrónico o, estoy en el transporte público con el celular sin carga; y el resultado es el mismo, las ideas se almacenan en un punto de mi memoria del que quizá nunca saldrán, o probablemente lo han hecho, pero convertidas en acciones o ejecuciones verbales; desde consejos supuestamente bien intencionados, hasta emociones reprimidas colocadas a flote.

Todo eso me provoca la letra, es como un virus letal a la inversa, que acaba con mi alma a cada segundo que lo mantengo distante de mi vida, que a cada día que paso sin escribir una oración, un proyecto, un cuento pequeño o un suceso anecdótico, le provoca volver al día siguiente con el doble de fuerza, y así hasta estallar; y no me refiero solo al hecho de estallar en un papel o un procesador de textos como tal, cosa que sería bastante simple de llevar a cuestas; hablo de que esta infección corroe las demás áreas de mi vida, enfermándome psicosomáticamente, doliéndome en el interior, robándome el sueño, sumergiéndome en terribles caminos de ansiedad, desesperado, casi vacío, rodeado de pesar y miedo a todo lo que ha sucedido y cuanto está por suceder; obligándome a aferrarme a trampas inexistentes, quitándome capacidades básicas como la observación, la escucha, la reflexión, el análisis, el gusto, la respiración, el sentir, la destreza, la sagacidad y a veces, hasta la determinación.

En mis sueños más profundos siempre me vi a mí mismo escribiendo cartas editoriales, columnas que hablaran de diversos temas: Política, ciencias, sociedad, creencias, tecnología, cultura, geografía, arte, música, redes y conocimientos de lo que hube descubierto a lo largo de mi vida; pero cuál resultó ser mi sorpresa que para algunos, como un servidor, la mesa no estaría servida de esa manera, y había que probar suerte tocando otras puertas; así fue como me interesaron las computadoras; "algún día", pensaba en mi mente, "estaré dirigiendo mis propias compañías". Ah sí, porque el niño desde siempre ha sido, y por siempre será ambicioso, es quizá esa una de las fuerzas de impulso más grande que haya experimentado a lo largo de los años; porque a como ven, les podría decir que me he visto en el piso varias veces, y más de alguien me ha aconsejado abandonarlo todo, mis sueños, mis ilusiones, mis deseos, mis misiones y mis metas; obvio también hubieron quienes me pisotearon, patearon y humillaron; pero aquí estoy, y no por mero orgullo del que redacta, sino para comprobar una vez más que el que escribe la última palabra en el párrafo virtual en estos días definiendo su destino, es quien tiene la fuerza, la entereza y el coraje para presionar la tecla del punto final.

Las amo, queridas letras mías; pues aunque son mi eterna pasión, también son mí cómplice intelectual y un medio de liberación que ningún psicólogo en el orbe, por bueno que éste fuese, podría superar; son una forma de decirle al mundo (a mí mundo, que a veces únicamente se compone de mí) que estoy vivo, que estoy necesitado, que estoy deseoso, que estoy aquí y quiero ser amado. A veces espero poder morir con un documento impreso con ustedes en él en las manos, a sabiendas que dicho documento hubo antes tocado las manos de héroes y villanos, de hombres y mujeres, de niños y ancianos, que una prosa de mi obra (por así decirlo) se ha quedado indiscutiblemente plasmada en los ojos y las mentes de lectores que, del mismo modo y con el mismo horror que yo las redacto en este momento, asimilando el hecho de perder la capacidad de producirlas hoy, durante esta oscuridad, mañana somnoliento, o quizá en una semana, un mes o un año, en el que, por su ausencia misma en mi vida, haya quedado completamente fuera de mí.

No escribo esto con ánimos de ver a nadie dentro de poco que me felicite por lo bien que he expresado mi sentir, que a pesar de ocurrir en la tétrica compañía de la noche pude haber hecho conexión entre cada una de las frases sin enormes errores ortográficos o gramaticales, tampoco exigiendo la atención del conocido que no me lee con regularidad, pues bien es cierto que quien se ve y siente superado en una área, jamás será suficientemente humilde para expresarlo al otro, y es por todos sabido el enorme discurso de aquellos que ocultos tras su alma de lectores, se escudan para afrentar los textos que otros congéneres hubieran hecho públicos; no, no busco reconocimiento ni méritos propios, que esos, ya con el sudor de mi andar los he conseguido de a poco, lo que me interesa es que en ustedes surja, nazca, fluya, ese pequeño interés en contactarme, en leerme un poco más, en brindarme unos minutos más de tiempo, quiero ver emerger esa motivación en sus ojos al tenerlos frente a mí, que sin mencionar una sola palabra sean capaces de pronunciarme el hecho de que quisieran saber más de mí, de mis textos, de mis párrafos, de mis líneas, de mis palabras, de mis letras; sean en medio de las sombras tardías del invierno o al calor de una mañana de verano, que haya alguien que se transporte a donde yo ahora, y transforme esto en una emoción, una impresión, una nota musical, un cántico marcial, un toque celestial, un beso interminable o el recuerdo de una estrella fugaz que no habrá de borrarse de su mente jamás.

Letra

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Faltan doce minutos para las tres de la madrugada mientras veo correr el cursor al sonoro sentir del teclado bajo mis dedos, eso de querer e...
Es mitad de la noche, los vecinos incluso se han dormido ya, me encuentro en un terreno al que siempre me ha costado acostumbrarme; ése del cambio de horario mentado. Desde la primera vez que ha ocurrido, año tras año, mi cuerpo se ha visto resentido al menos durante los primeros días del abrupto movimiento que ocurre, y es que, parecerá broma, pero me sigo queriendo dormir tarde y el despertar me resulta una pesadilla una vez logrado alcanzar el sueño.

Qué decir de hoy, olvidé las llaves encerradas en el departamento al salir de compras, cuando tenía planes de trabajo establecidos, en cuenta estaba también el dejar limpio mi cuarto (única cosa que alcancé a hacer al final del día) además de concluir los pendientes de la señora Gaby y adentrarme en lo que David quiere que le brinde mi ayuda; dos errores que llevar durante la semana.

Y bueno, también el hecho de que no he podido terminar de leer un libro durante la semana en curso (ya van dos, de hecho), que si bien es cierto avancé ya durante dos semanas con tres lecturas simultáneamente, me queda la inquietud de no saber si podré leerlos durante la que acaba de comenzar. Aunado a eso está la presión de la urgencia por ejercitarme al ver como pareciera una máquina a la hora de subir de peso, y más recientemente, he de confesar, se me ha hecho muy difícil reducir; quizá solo estoy paranoico.

También me he sentido ausente de mis métodos de organización y me he quedado a deber yo mismo dejando pendientes lecturas que suelo hacer diario, textos, agenda, y puestas al día tanto financieras como intelectuales y relacionales. He visto que las personas son un gran distractor al momento de seguir un horario de actividades; que si el mensaje, que si la llamada, que si la imagen o el "me gusta" a lo que llama la atención.

¿Estoy perdiendo mi capacidad de enfoque? Espero que no; eso sería verdaderamente preocupante al ser ése uno de mis puntos fuertes a la hora de llevar a cabo mis objetivos... Obviamente todo está ligado; y no puedo culpar a solo una de las circunstancias de lo que haga o deje de hacer, pues es así de simple: He descuidado mi propio orden y tengo que hacer algo al respecto.

No es que la gente me disguste, pero por lo general no aportan nada nuevo o interesante más allá de la mera comunicación social, que si bien es fructífera y benevolente en ciertas áreas (como en la capacidad de expresión en público), en la autodeterminación y disciplina sí deja mermas que deben ser lo más pronto posible removidas.

Ahora, hay que aclarar que también las manías han vuelto, conforme la irresponsabilidad crece en mí, la máquina completa que representa mi buen funcionamiento se ve afectada; y como a las mismas, a veces mi ser requiere de una inspección detallada y eliminación de desperfectos para su óptimo andar. Seguiré informando del tema pues no soy de los que se dejan morir sin antes tratar de resolver sus propios conflictos. Excelentes madrugadas a quien sea que haya tenido el tiempo y las ganas de leer este reporte.

Velando

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Es mitad de la noche, los vecinos incluso se han dormido ya, me encuentro en un terreno al que siempre me ha costado acostumbrarme; ése del ...
Les voy a contar un secreto que una o dos personas a lo mucho saben de mí; hay un personaje, al igual que otros en su manera de pensar y actuar, en una serie que se volvió inmensamente representativo de mi forma de ver las cosas, que con esa especie de simplicidad para ver las cosas y franqueza que básicamente toca el cinismo.

Su nombre es Hank, y quería dejarlo plasmado en algún punto en mi blog porque hoy mismo he estado viendo la serie en la que aparece, rememorando mis propias vivencias reflejadas en muchos de los sucesos que él vivió a lo largo de las temporadas.

Creo que fue una de las series que seguí conforme se publicó de principio a fin, sentí hasta cierto punto que esos años crecí y maduré al mismo tiempo que el personaje lo hacía gracias al libreto; recuerdo el hecho de que durante el 2010, al igual que la actor de la serie, estuve en un proceso de descomposición y recomposición que prácticamente me robó el año completo.

Me he sumergido en vicios y placeres banales durante la vida, pero al aceptarlos ídem a lo que sucedía en la ficción, termino dándome cuenta que lo verdaderamente importante es aquello que permanece. También he culpado a otros de mis conflictos y penas, he puesto a la gente que me ama en situaciones complicadas y algunas de ellas me han mandado a volar en algún momento.

Por eso y más, dicha serie se ha vuelto de culto para mí, y la tengo posicionada en el segundo lugar de mi top cinco series de televisión de todos los tiempos (de principio a fin). Y por si quisieran saber cuáles son las demás, aquí las menciono:
1. Utopia.
3. The I.T. Crowd.
4. Breaking Bad.
5. House MD.

Hank

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Les voy a contar un secreto que una o dos personas a lo mucho saben de mí; hay un personaje, al igual que otros en su manera de pensar y act...
Me pasó algo en días recientes, he conocido a alguien que me resultó en un principio interesante, pero conforme pasaba el tiempo, la ansiedad y falta de seguridad por su parte llenaron el ambiente mutuo de lo mismo, con la manera cansada de pensar tan negativa que cargaba consigo todo el tiempo, esa mujer, Andrea, quien se volvió agobiante en los últimos instantes. Le deseo todo el bien del mundo y que pueda salir adelante con sus compromisos y necesidades; sobre todo, espero que aprenda en algún momento a confiar más en que afuera hay personas buenas que no esperan nada a cambio o como motivación para serlo.

No sé si les ha pasado eso, pero ella era alguien que buscaba todo el tiempo formarse un perfil de mi persona sin importarle ya haberme conocido en vivo y estar consciente de que no soy ningún abusivo o aprovechado; alguien que desconfiaba tanto de mí que el mismo hecho de hablar, le resultaba como juegos mentales por parte mía, como si tuviese la terrible intención de usarla para cometidos propios; cosa que obvio, por convicciones, determinaciones y ética personal jamás haría con nadie.

Y ya; eso fue todo. Quería dedicarle estas letras y dejar en claro que durante el tiempo que estuve abierto a conocerle, no puse a ninguna otra chica en un sitio más cercano a mi corazón. Ahora, como punto y aparte, también he de mencionar que desde el principio mi interés hacia ella fue el de saber más de su persona, de invitarla a mejorar, a sentirse bien, a crecer humanamente, básicamente porque eso me gusta, sin deseos colaterales.

Anecdótico pareciera, ver reflejados principios de imposición intelectual en lugar de libertad, como en su momento quiso hacer Kenia conmigo; bajo, muy bajo. El uso de un cuerpo lindo como herramienta de control simplemente no funciona ni funcionará jamás en mí, que si algo tengo y lo he sostenido al día de hoy, es determinación en cuanto a mi toma de decisiones; lo siento, pero no soy un hombre que se pierda a sí mismo tan fácil (hueso duro de roer); y quizá parezca un lindo detalle, en principio, por parte de los que se someten, hasta que ellas vean su realidad sustentada en falacias que encuentran en la red, antes de lo que verdaderamente vale, los sucesos. No las estoy llamando incompetentes, a ninguna, solo quizá han dejado ver que son más crédulas de lo necesario, pareciendo convencidas de mostrar superioridad en un mundo en el que todos somos iguales.

Quisiera ahondar en el hecho de que si éramos solo amigos, si alcanzábamos ese nivel de cercanía, por mí habría sido genial, y si en algún momento se daba algo más formal, el tiempo y las circunstancias lo decidirían. A ella le digo lo siguiente, que lo tome en calidad de testamento de parte mía si gusta: «Solo con una dama nueva tuve interacción mínima en el tiempo que mantuve el deseo de conocerte más, y en mucho menor medida que tú, le he brindado la oportunidad de aproximarse a mí; pues como te conté (porque hasta en eso fui sincero): La chica se llama Estefanía, en mi pequeño viaje a Arandas; mientras compraba una nieve se le quedó viendo al libro en mis manos, "Matar un Ruiseñor", lo coloqué en las suyas y se lo facilité para que lo leyera (con su hermana Alejandra siendo testigo), acordé de verme ahí con ella, el 20 de Mayo del año en curso para que me lo regresara, y por qué no decirlo, tal vez podamos charlar y quizá saber un poco más uno del otro. Y como soy hombre de palabra, en las fechas que te mencioné que lo haría, estaré por tu ciudad nuevamente, pues es una de las dispuestas en mi lista por conocer; si tienes tiempo, ganas y modo, quizá quieras salir únicamente a hablar; si no, también lo comprenderé. Te envío un enorme abrazo.»

Entonces, recapitulando... El día de hoy solo tengo interés en conocer a una dama: Estefanía. Básicamente por eso es que nunca doy "likes" a perfiles de otras damas, por bonitas que sean, queriendo evitar que me confundan con un tipo de "Casanova"; tampoco hablo con personas que no sean enteras amistades vía mensajeros, y estoy abierto a prestar mi celular con todo y redes sociales para retirar cualquier tipo de duda que pudiese surgir; aclarando que hasta la madrugada de anoche, todavía serán visibles los comentarios de "te quiero" para con la susodicha Andrea.

Sin más, me quería despedir hoy transcribiendo un texto que resume mi sentir previo a archivar la plática con tan polémica, aunque eso sí, muy sexy mujer (dicho sea de paso cabe recordar que detesto con todo mi ser las relaciones a través de pantallas): «¿Habrá algún momento en el que no me relaciones con algo negativo? Quizá el único gran problema es tu percepción de todo. Que todo lo tiras por la borda y todo lo conviertas en "malo". Eso me entristece, más por el hecho de que yo te he pedido amistad y he sabido brindarla...»

Pantallas

Por
Me pasó algo en días recientes, he conocido a alguien que me resultó en un principio interesante, pero conforme pasaba el tiempo, la ansieda...
Si tuviera que escribirte en cinco minutos una canción,
en definitiva sería tu nombre, las esencia que me evocas,
los besos provenientes de tu deliciosa boca.

Si tuviera que contarte una historia,
tendría que tratar de los dos,
de las bellas expresiones en tu rostro,
de los colores más intensos a estar a tu lado,
de lo bien que se siente saberme amado.

El día en que cuente mis memorias,
habré de relatar de ti mujer,
de las cosas que experimento al tenerte,
de lo fascinado que siempre estuve con tu piel.

Entonces despertaré de mi sueño,
aterrado de saber que estas lejos y que todo ha sido fascinación mía,
sabré de hecho que no hay nada más falso que las creencias de quien,
entre ilusiones y perdición no alcanza a descubrir la hipocresía.

Vamos a dormir de una vez,
que mañana empezará de nuevo,
o vayámonos ya a trabajar,
que tenemos que validar el sueldo.

Sueldo

Por
Si tuviera que escribirte en cinco minutos una canción, en definitiva sería tu nombre, las esencia que me evocas, los besos provenientes d...