Música

Hay muchas cosas que necesita el alma para mantenerse bien alimentada, una de ellas es la buena música, desde los tonos alegres y continuos que relajan, hasta los intensos llenos de poder e ira para cuando estás en un modo de actividad extrema; ayer descubrí en mi cita dermatológica que el estrés me saca ciertas cáscaras del rostro, cosa que siempre he detestado, pero ahora sé de dónde vienen.

En la semana, específicamente el miércoles y jueves, las cosas en el trabajo parecían no funcionar, todas y cada una de las actividades que hube hecho me salieron mal, de principio a fin, como si me hubiera puesto a propósito a fallar terriblemente. No lo niego, entré en una estela de desenfoque y presión terribles, solo quería irme a casa a dormir, pero ni dormir bien pude.

En fin, la semana pasó, el viernes salieron más actividades por realizar que me salieron bien, no mentiré, la ayuda de Julio fue fundamental en mi realización de los cambios, pero los hice, terminé todo correctamente, espero seguir así, que las cosas me funcionen me gusta.

Soy una manzana justo como la que Fernanda está pintándome, podrido y repugnante de un lado, una delicia del otro, cada quién decide qué parte de mí obtiene. Al final todos somos así, ¿no? Mostrándonos cual exquisitez para quienes nos tratan bien y siendo pésimos con quienes queremos mantener distantes.

Soy transparente y algo cínico, pero gracias al hecho de haber mantenido un perfil bajo y regular no me he metido en problemas serios con nadie, ni me he buscado proyectores innecesarios. En un rato saldré al centro, a caminar y desenfadarme, a realizar más pagos pendientes y avanzar en la liberación de deudas; mientras, sonriente, disfruto de la nueva música recopilada, que si bien tenía a mi alcance, no me daba tiempo de poner en listas.

Salud a todos, continuemos teniendo una estupenda interrelación, amándonos, estimándonos y viéndonos respetuosamente.

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